viernes, 3 de junio de 2016

FÉMINA TORMENTA.

FÉMINA TORMENTA.
Por
Hugo Rodríguez.


Espérame recostada en el horizonte
Y acariciando el mar
Abierta, vulnerable, ansiosa
Espérame con tu melena de  nimbos y cirros
Encrespada en torbellinos de petróleo y azul
Espérame dispuesta al océano y al abismo
A la oscuridad
Y al relámpago

Aferrado al mástil de mi bajel y con el empuje de tu respiro, te surcaré. Precipitadamente, fanatizado, enardecido.  Me recibirás ebria de arrebatos, de espasmos y aluviones de sal. Me acosarás en lujuriosos remolinos, en tus senos de jade con cúspide de espuma. Me arrancarán la piel tus bocanadas desmedidas y tu tromba vertiginosa me llevará al mismo infierno.
Entonces, en tu vórtice como ombligo, desplegaré las sábanas de mi nave y buscaré el descanso  en el silencio de tu ojo, a la luz de tus fulgores y al arrullo de tu voz como trueno. Rodeado de tu obscena exaltación, aferrado al mástil de mi bajel, esperaré. Esperaré el empuje de tu respiro y me surcarás, una vez más. Precipitadamente, fanatizada, enardecida.

Fin.

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