jueves, 19 de marzo de 2015

DESACTIVADOS


DESACTIVADOS.

 

 

¾     ¡Hay que escapar! ¡Vendrán por nosotros!

¾    De acuerdo.

¾    Guardá algo de ropa en un bolso, Natalia y cerrá la ventana y la puerta del dormitorio. Yo puse en este,  embutidos y conservas. Alcanzará para varios días.

¾    ¿Llevamos bastante agua?

¾    Sí. Hay dos bidones en el auto.

¾    ¿Adónde iremos, mi amor?

¾    Al sur.

¾    ¿Por qué al sur?

¾    No lo sé. Todos van al sur. Escuchame, voy a cerrar el resto de la casa, vos, por favor, llamá a tu mamá y decile que se quede con los chicos un día más. Inventale cualquier excusa.

¾    Héctor ¿Los volveremos a ver?

¾    Llamá a tu mamá, dale.

 

* * *

 

¾    Listo, Nati. Vamos. Llenaremos el tanque en la ruta.

¾    Héctor. Quisiera verlos una vez más.

¾    Sería riesgoso. Nos buscan. Pueden tener la casa de tu vieja vigilada.

¾    Mamá me dijo algo que no entendí.

¾    ¿Qué?

¾    Una pizca de clara siempre queda en la yema…  ¡¿Qué ganamos con irnos, Héctor?!

¾    ¡Si nos quedamos, seguro que no volvemos a ver a los chicos! Encendé la radio, dale. Poné música, así nos calmamos un poco.

 

* * *

 

¾    Vamos a parar en esa estación. Iremos al baño.

¾    No lo necesito.

¾    Yo tampoco. Cargamos nafta, miro el aceite Y nos vamos.

¾    Sí.

¾    Hola, buen día. Diez litros está bien. Dígame, aquí en el mapa figura un camino que cruza la ruta después de las vías y que no está asfaltado.

¾    Ah, sí. Es de ripio. Se puede transitar. Pase despacio por el puente, es viejo.

¾    Gracias, muy amable.

¾    Va a Ciudad II ¿No? Se corta camino por ahí.

¾    Eso me dijeron, sí.

¾    Bueno, listo, casi lleno. Gracias. Buen viaje.

¾    Hasta luego.

¾    No vamos a Ciudad II, Héctor.

¾    Ya sé. Lo hice por si alguien le pregunta por nosotros.

 

* * *

 

¾    ¿Qué hora es?

¾    12:17:05.

¾    Deberíamos ver la ciudad.

¾    Entraremos por atrás, bordeando el río. Debemos ocultarnos unos días hasta que se calme la cosa. Vamos a esconder el auto en la cueva del puma. ¿La recordás?

¾    Sí, por supuesto. Ahí concebimos a Miguel. ¡Estará haciendo renegar a la abuela!

¾    Dormiremos en el auto. Viviremos unos días allí.

¾    No hemos bebido ni comido, Héctor.

¾    Lo sé. Estamos cambiando.

¾    El río sigue igual. ¡Es hermoso! ¡Siguen allí las montañas!

¾    ¿Y por qué no iban a estar ahí? ¿Quién se las iba a llevar?

¾    No sé. Los que nos buscan. ¡Ahí está la cueva!

 

* * *

 

¾    Listo. Quedó mejor que en el garaje. Igual lo cubriremos con unas ramas, para evitar reflejos.

¾    Este será nuestro hogar ¿No Héctor?

¾    Por un tiempo, sí. ¿Natalia?

¾    ¿Qué?

¾    Tú plasma. Se transparenta.

¾    ¡Y el tuyo! ¡Ya se ven nuestros CYBORGS! ¡No podremos andar así por las calles!

¾    No.

¾    ¡Todos son recuerdos implantados! ¡Miserables! ¡Héctor, se disocian mis emociones!  ¡Entonces…, los chicos…, no son nuestros hijos!

¾    No, no lo son.

¾    ¿Por qué nos habrán puesto a tutelarlos?

¾    No lo sé. Quizás sus padres fueran activistas.

¾    ¿Qué haremos ahora, unidad H?

¾    Nos interrumpiremos  en el auto. Máxima cesación.

¾    ¿Desactivados por 15 años?

¾    Así es, unidad N.

¾    De acuerdo.

 

* * *

 

¾    Fin de cesación, unidad N. ¡Es una espléndida mañana!

¾    ¡Ya lo creo, unidad H! Me agrada el rumor del agua. Y los pájaros.

¾    Sí. Me siento libre. ¿Sabés? no tengo recuerdos, pero sí emociones.

¾    Igual yo.

¾    Mirá, asomará el Sol por las sierras en cualquier momento.

¾    Será magnífico. ¡H! ¡Tú plasma se opaca! ¡Volvés a tu tono de piel que me encanta!

¾    El tuyo también se opaca y se sonroja. Me inquietás, unidad N.

¾    ¡Qué bueno! Dame tu mano. Es un hermoso lugar ¿No?

¾    ¡Sí, que lo es!

¾    ¿Vamos a quedarnos aquí, unidad H?

¾    Nos quedaremos aquí, Natalia y  llamame Héctor, por favor. 

¾    De acuerdo.