DISCURSO
DIFERIDO.
Por
Hugo
Rodríguez.
Miércoles
16. 05.00 AM.
¡Son
extraterrestres! ¡Su piel es oscura! ¡Y eso es suficiente para
nosotros! ¡Suficiente para que le volemos la cabeza! ¡Pero si
quieren más! ¡Les diré, soldados! ¡Viven bajo la tierra como
gusanos! ¡Habitan en las cloacas! ¡En los desagües! ¡Y se
arrastran como gusanos! ¡No vinieron de turismo a nuestro planeta,
no señor! ¡Ni por nuestros recursos naturales! ¡Tampoco vinieron
por nosotros! ¡Ni por nuestras mujeres! ¡No, soldados! ¡Los
malditos vinieron por nuestra materia fecal! ¡Así es! ¡Los
extraterrestres son unos inmundos come mierda! (Nunca creí que diría
esta frase). ¡Y no estamos dispuestos a que se lleven nuestra
mierda! ¡Es nuestra y punto!
Sabemos
que hay una cantidad importante de ellos en los desagües de la
ciudad. Aquí tenemos algunas fotografías de los gusanos, tomadas en
las cloacas. No son muy buenas y no se los puede ver bien. Pero en
este esquema, en este retrato hablado, aquí sí, podemos tener una
idea de los feos que son ¡Y los malditos huelen igual de feo!
¿Verdad que no desearían que sus hijas se los presentaran como sus
novios? Bien, soldados. Ahora deben saber, que esas sanguijuelas del
espacio han desarrollado la capacidad de mutar. Sí. Los inmundos
pueden cambiar de aspecto. Los malditos pueden parecerse a nosotros,
en especial a gente indigente, ya saben: niños desnutridos,
mendigos, viejos harapientos. Conocen dónde pegarnos.
¡Pero
ustedes, soldados! ¡Son la elite! ¡Son profesionales! ¡Y no se
dejarán engañar por los alienígenas! ¡No vacilarán en ponerles
una bala entre las cejas! ¡Así sea un niño! ¡O una mujer con un
bebé en brazos! ¡O un viejo mendigo! ¡Vuélenle la cabeza! ¡Por
Dios! ¡Por la Patria! ¡Por la familia!
Lunes
21. 05.00 AM.
La
acción de la semana pasada ha sido todo un éxito. Los felicito,
muchachos. Los extraterrestres han tenido su merecido. Sabemos que ha
habido sobrevivientes, pero que ya no merodean las cañerías. Se han
ocultado en el barrio humilde de la ciudad. Valiéndose de su
camuflaje. Son pocos, porque ustedes han liquidado a la mayoría,
pero sabemos de su capacidad de reproducción. ¡Esas bestias paren
como conejos! ¡Han colmado su planeta! ¡Han agotado sus alimentos!
y por eso ¡ahora comen mierda! La ciencia se ha puesto al servicio
de esta guerra, como debe ser. Nuestros doctos han encontrado el
medio para detectarlos desde los satélites. Logramos reconocer su
ADN. En este mapa satelital de nuestra ciudad, como pueden ver,
aparece como una mancha roja la zona ocupada por ellos y coincide con
casi la totalidad del barrio: 20 cuadras a la redonda. ¡Vaya, qué
se reproducen rápidos estos gusanos!
Dentro
de ocho horas arrojaremos una bomba, allí, justo en el centro del
barrio. Ustedes son los primeros en conocer esta decisión. Habrá
daños colaterales. Para el Comando Mayor no fue fácil. Evacuaremos
a los ciudadanos que habitan cinco cuadras más allá del perímetro;
la situación requiere de estos sacrificios.
¡Volaremos
esa mancha roja del mapa! (Nunca creí que diría esta frase). ¡Dios
está de nuestro lado, soldados! ¡Por la Patria! ¡Por la familia!
Meses
después. 05.00 AM.
Me
hubiese agradado, soldados que nuestro encuentro de hoy se hubiese
dado en un contexto más optimista. No pudimos prever que la
capacidad de reproducción de nuestro enemigo fuera tan vertiginosa.
Como pueden observar en esta imagen satelital, el mundo, ahora es
rojo. (Nunca creí que diría esta frase). Sólo en ese punto
insignificante, lo ampliaré un poco, ése, de 20 cuadras a la
redonda, es el único lugar libre, y lo digo con toda la grandeza de
la palabra, libre del dominio invasor. Y en ese punto estamos
nosotros, sobreviviendo en casas precarias, vistiéndonos con
harapos, sufriendo la hambruna de nuestros niños, de nuestros
mayores. Ocultándonos en las cañerías, en las cloacas,
arrastrándonos...eh...arrastrándonos…eh. Por Dios. Por la Patria.
Por la... ¡Mierda!
Fin.