Entre esos fantasmas
Radioteatro de la narración ‘Voy con mi padre’
de Caballero Walter Jonatan.
Voz 1, narrador.
Voz 2, papá de Marcos.
Voz 3, Marcos.
Voz 4, Tito.
Acto uno.
Operador: música (tango-tecno). Luego baja y se mantiene.
Narrador. —La noche había cubierto con su aliento frío la ciudad
de Quilmes. El rugido de algún colectivo rezagado se perdía por la
avenida vacía. En la estación del ferrocarril los fantasmas
deambulaban juntos con aquellos hombres que ya partieron antes de
partir.
El joven Marcos había salido a buscar a su padre entre esos
fantasmas y esos hombres. Lo vio recostado en un taxi, hablaba con
el chofer. Marcos sabía que el alcohol, una vez más, lo había
envuelto a su padre.
Padre (ebrio): —Escuchame Tito. Todo bien con vos, negro. Llevame a
casa, dale loco, llevame a casa.
Tito: — ¿Tenés código de la agencia? No me comprometas.
Padre: —Dale chabón, sabés que no tengo, decime no y listo. ¡Qué
tanto! Siempre me ven los ‘ferchos’. Paro ahí en el boliche de
Roque. Les convidé ‘escabio’ banda de veces, loco. Todo bien
con ustedes.
Tito: — ¿Cuantas te tomaste ya?
Padre: —Lo suficiente pa’ estar contento.
Tito (molesto): —Encima estás re borracho, dejate de joder. No te
puedo llevar así ¿Querés lanzar en el asiento?
Padre (irónico): —No te pongás en ‘ortiba’. No seas bigote
conmigo. Soy un ‘laburante’, ‘Amiguitin’. ¿Querés que me
ponga un traje pa’ subir a tu coche? (pausa breve). Sabés una
cosa, por ahí anda mi ‘pibe’. Esperá que lo llamo. El se viste
como muñeco de torta. Es profesor, el guacho.
Tito (molesto): — No seas pesado, dale.
Padre: —Loco vengo de un treinta, todo ‘ligh’, quiero irme a
torrar. Encima en casa me espera la ‘jabru’. Sabés cómo debe
estar. Haceme la gamba amigo. Te pago diez pesos más de lo que
cobrés.
Tito (molesto): —Que chabón loco. Dale llamá a tu ‘pibe’ y
vamos que te llevo. ¡Y dejate de joder un poco!
Narrador: —Marcos se acercaba con pasos sumisos hasta el taxi. Al
padre se le iluminaron los ojos cuando lo vio.
Padre (emocionado): — ¡Hey, Marcos, justo! Apurate que Tito nos
lleva.
Marcos (al padre por lo bajo): — Papá no te desubiques por favor.
(A Tito) Hola, que tal señor, buenas noches.
Padre: —Subite Marquitos, dale subí. Cerrá la puerta. Vamos a
verla Tito, arrancá.
Operador: sube música (tango-tecno). Luego baja y se mantiene.
Acto dos.
Operador: ronroneo de motor.
Narrador: —El Dogge blanco de Tito recorría con marcha
parsimoniosa las calles humedecidas de luz amarilla. Las casas de
Florencio Varela desfilaban adormiladas ante las miradas de los tres
hombres, abstraídos por la monotonía del viaje. No habían hablado
en todo el trayecto, hasta que el padre de Marcos rompió el
silencio.
Padre: (eructa).
Tito (molesto):— ¡Pará un poco hijo de puta! ¡¿Qué comiste ¡?
Mortadela vencida. Abran las ventanillas. El tufo este es
insoportable.
Padre (carraspeando): —No Tito. Disculpame se me escapó. Pará
ahí, que ya llegamos.
Operador: se detiene el motor. Oímos dos puertas del taxi que se
cierran.
Narrador: —Padre e hijo se miraron bajo la noche fría y desolada.
Padre (reflexivo): —Tenés razón Marquitos, soy tu padre y no me
porto bien con vos. Te veo muy poco y cuando te veo estoy en dope.
¿No es así? Disculpame hijo, no seré el mejor padre de la tierra,
pero soy tu padre igual. Tu corazón es mi corazón y vos
continuarás mis pasos con tus pasos cuando me vaya de este mundo.
Narrador: —No hubo abrazos, pero se enderezó la mirada de un hijo
avergonzado.
Padre: —Ahora vengo. ‘Bancame’, Tito.
Marcos: — ¿Qué vas hacer viejo? ¿Quién vive ahí pa’?
Padre: —Sh, sh, sh, que están durmiendo.
Operador: golpes a la puerta.
Narrador: —Nadie responde. El padre de Marcos camina hacia la
esquina, pesaroso y oscilante y luego de doblar se pierde en la
oscuridad de una desbastada calle de tierra. (Pausa).
Marcos: —Vamos señor, hasta los departamentos, frente a la plaza
central.
Operador: puerta del taxi que se cierra.
Tito: — ¿Y tu viejo?
Marcos (pausado): —Bien gracias, como siempre.
Operador: motor que arranca y se aleja. Sube música, luego baja
hasta silencio.
Fin.