DESACTIVADOS.
¾
¡Hay que escapar! ¡Vendrán por nosotros!
¾
De
acuerdo.
¾
Guardá
algo de ropa en un bolso, Natalia y cerrá la ventana y la puerta del
dormitorio. Yo puse en este, embutidos y
conservas. Alcanzará para varios días.
¾
¿Llevamos
bastante agua?
¾
Sí.
Hay dos bidones en el auto.
¾
¿Adónde
iremos, mi amor?
¾
Al
sur.
¾
¿Por
qué al sur?
¾
No
lo sé. Todos van al sur. Escuchame, voy a cerrar el resto de la casa, vos, por
favor, llamá a tu mamá y decile que se quede con los chicos un día más.
Inventale cualquier excusa.
¾
Héctor
¿Los volveremos a ver?
¾
Llamá
a tu mamá, dale.
* * *
¾
Listo,
Nati. Vamos. Llenaremos el tanque en la ruta.
¾
Héctor.
Quisiera verlos una vez más.
¾
Sería
riesgoso. Nos buscan. Pueden tener la casa de tu vieja vigilada.
¾
Mamá
me dijo algo que no entendí.
¾
¿Qué?
¾
Una pizca de clara siempre queda
en la yema… ¡¿Qué ganamos con irnos, Héctor?!
¾
¡Si
nos quedamos, seguro que no volvemos a ver a los chicos! Encendé la radio,
dale. Poné música, así nos calmamos un poco.
* * *
¾
Vamos
a parar en esa estación. Iremos al baño.
¾
No
lo necesito.
¾
Yo
tampoco. Cargamos nafta, miro el aceite Y nos vamos.
¾
Sí.
¾
Hola,
buen día. Diez litros está bien. Dígame, aquí en el mapa figura un camino que
cruza la ruta después de las vías y que no está asfaltado.
¾
Ah,
sí. Es de ripio. Se puede transitar. Pase despacio por el puente, es viejo.
¾
Gracias,
muy amable.
¾
Va
a Ciudad II ¿No? Se corta camino por ahí.
¾
Eso
me dijeron, sí.
¾
Bueno,
listo, casi lleno. Gracias. Buen viaje.
¾
Hasta
luego.
¾
No
vamos a Ciudad II, Héctor.
¾
Ya
sé. Lo hice por si alguien le pregunta por nosotros.
* * *
¾
¿Qué
hora es?
¾
12:17:05.
¾
Deberíamos
ver la ciudad.
¾
Entraremos
por atrás, bordeando el río. Debemos ocultarnos unos días hasta que se calme la
cosa. Vamos a esconder el auto en la
cueva del puma. ¿La recordás?
¾
Sí,
por supuesto. Ahí concebimos a Miguel. ¡Estará haciendo renegar a la abuela!
¾
Dormiremos
en el auto. Viviremos unos días allí.
¾
No
hemos bebido ni comido, Héctor.
¾
Lo
sé. Estamos cambiando.
¾
El
río sigue igual. ¡Es hermoso! ¡Siguen allí las montañas!
¾
¿Y
por qué no iban a estar ahí? ¿Quién se las iba a llevar?
¾
No
sé. Los que nos buscan. ¡Ahí está la cueva!
* * *
¾
Listo.
Quedó mejor que en el garaje. Igual lo cubriremos con unas ramas, para evitar
reflejos.
¾
Este
será nuestro hogar ¿No Héctor?
¾
Por
un tiempo, sí. ¿Natalia?
¾
¿Qué?
¾
Tú
plasma. Se transparenta.
¾
¡Y
el tuyo! ¡Ya se ven nuestros CYBORGS! ¡No podremos andar así por las calles!
¾
No.
¾
¡Todos
son recuerdos implantados! ¡Miserables! ¡Héctor, se disocian mis emociones! ¡Entonces…, los chicos…, no son nuestros hijos!
¾
No,
no lo son.
¾
¿Por
qué nos habrán puesto a tutelarlos?
¾
No
lo sé. Quizás sus padres fueran activistas.
¾
¿Qué
haremos ahora, unidad H?
¾
Nos
interrumpiremos en el auto. Máxima
cesación.
¾
¿Desactivados
por 15 años?
¾
Así
es, unidad N.
¾
De
acuerdo.
* * *
¾
Fin
de cesación, unidad N. ¡Es una espléndida mañana!
¾
¡Ya
lo creo, unidad H! Me agrada el rumor del agua. Y los pájaros.
¾
Sí.
Me siento libre. ¿Sabés? no tengo recuerdos, pero sí emociones.
¾
Igual
yo.
¾
Mirá,
asomará el Sol por las sierras en cualquier momento.
¾
Será
magnífico. ¡H! ¡Tú plasma se opaca! ¡Volvés a tu tono de piel que me encanta!
¾
El
tuyo también se opaca y se sonroja. Me inquietás, unidad N.
¾
¡Qué
bueno! Dame tu mano. Es un hermoso lugar ¿No?
¾
¡Sí,
que lo es!
¾
¿Vamos
a quedarnos aquí, unidad H?
¾
Nos
quedaremos aquí, Natalia y llamame
Héctor, por favor.
¾
De
acuerdo.
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