jueves, 3 de marzo de 2016

LA BESTIA.


LA BESTIA.

Por

Hugo Rodríguez.

 

Había matado al dragón cerca del bosque, lo derribó de un lanzazo en pleno vuelo.

Se disponía a decapitarlo, pero antes cruzó miradas con la niña que había montado el cuello de la bestia:

 

—No es bueno  —dijo el cazador furtivo —que una pequeña jinetee estos animales.

 

La niña sostuvo la mirada por un rato más y luego se marchó hacia el bosque. El caza-recompensas volcó el cráneo del dragón en el carromato, junto a la ballesta enorme con la que había jalado la lanza, y luego de azuzar los caballos regresó a la aldea.

 

El cazador llegaba al villorrio gritando:

 

— ¡Aquí les traigo la cabeza de la bestia! ¡Ya no les molestará!

 

Los aldeanos hurgaban en el carro aún en movimiento.

 

— ¿¡Donde está la bestia!? Le reclamaron.

—Sólo traje la cabeza, como me pidieron.

— ¡La niña! ¿¡Dónde está la niña!? — clamaban encrespados.

 

Fin.

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