martes, 7 de mayo de 2019

Futuro y Presente

Futuro y Presente

Abrirás la puerta de tu departamento, John y presionarás la llave de la luz. Te recibirá el tufo de siempre, a nicotina y alcohol. Mirarás las manchas de humedad en las paredes. Esas paredes sucias y descascaradas. La gabardina caerá en la silla y tú, en el sofá. Allí beberás el vaso de ron y encenderás el cigarrillo. Entonces, en ese momento, te llamaré.

¿Hola? Ah, Peggy. No, acabo de llegar. Aún no tengo el dinero. No me presiones.
Lo tendrás para el fin de semana, como acordamos.

Colgaré el tubo para que bebas y fumes tranquilo. Después de todo, los próximos días serán tus últimos. Mirarás esa mancha de siempre, encima de la puerta, la que te sugiere un conejo. ¿A quién acudirás ahora, John? ¿Al viejo Tomy?

Hola, ¿Tomy?

Pero Tomy está peor. ¿Por qué acudes a él? No podrá ayudarte.

Sí, la perra sigue presionándome, Tom. Escúchame, sólo unos quinientos. Te los devolveré en dos semanas.

No le insistas, John, no puede ni quiere darte una mano. Olvídalo. Tendrás que buscar por otro lado.

¡Maldición!



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