sábado, 1 de junio de 2024

SOY LO QUE QUIERO SER Por Marcela

                                          SOY LO QUE QUIERO SER

                                                   Por Marcela 

Gracias Marcela por compartir este hermoso trabajo. 


El silencio se mimetiza conmigo, juntos gozamos, hacemos espirales, vueltas carnero, sin dejar estelas.
En alguna de mis formas, la gente cree que me ve, pero esto es imposible, a lo sumo ve el estepicursor rodando por el desierto y se imagina eso que lo arrastra.
Ven en algún noticiero, el vaivén de las palmeras en el Caribe, pero ver, nunca me ven.
Sometidos a mis impostergables caprichos, sus cuerpos ofrecen resistencia. Sin embargo, no es esta la forma que más disfruto.
Es cuando aletean las fosas nasales al sentir que las recorro suave. Cuando comparto el espacio, con alguna delicatessen, quisiera quedarme ahí más tiempo, pero donde estoy, les urge la necesidad que continúe un paso más. Es solo cuestión de tiempo, al final, me expulsarán fuera de sí mismos, como un gas tóxico, En todo ese proceso, habré dado calma y confianza a un ser, sin rostro, porque no puedo encariñarme, no puedo pertenecer a nadie.
En esa cadencia imperfecta y constante, bailo, dándole placer a cada milímetro de piel, a cada parte de sus células. Lo integro, pero también lo envuelvo, cálida y mansamente, como una caricia.
Otras veces me alejo y me pongo a volar, y hago rulos, voy de arriba a abajo, caigo en picada y si quiero me estrolo contra el piso.
Puedo estar en muchos lugares al mismo tiempo, soy invisible.
Si se me antoja pego alaridos, rechiflo, sueno y encrespo a los ríos, hago olas cuando juego con Agua.
Soy catabático, cuando desde las alturas me deslizo al ras del suelo.
Zonda en la cordillera. Dentro de un caracol soy Mar.
Ráfaga, si me violento, tifón, huracán, tormenta o vendaval.
Puedo ser Brisa o Chubasco. Puedo ser canción cada vez que respiras, o un viento frío, que me pegue en la cara y no me
deje volver. Una bolsa, como un pájaro, que planea y se deja llevar. Un globo en la estratosfera, no hay camino marcado, solo un comienzo dudoso en este viaje.
Cuántas cajas de cartón o potes de helado vacíos empujé por la calle.
Remonté risas y barriletes en el campito.
Amontoné hojas secas, pero también inflé los pechos de orgullo.